Quizá no sea un autor muy conocido. Édouard Vuillard fue un pintor francés que vivió a fines del siglo XIX y murió en 1940. Fue contemporáneo de los postimpresionistas y formó parte de un grupo llamado los Nabis que se reconocían por su particular uso del color como evocador de emoción, una notable carga simbólica y una vocación para revolucionar a través de nuevas técnicas.

En la obra de Vuillard encontramos una clara influencia de la estampilla japonesa que puede ser apreciada en retratos, decoración interior y en escenas al aire libre. Sus cuadros  de color muy vivos, tonos sólidos y distintos efectos de luz. La pincelada es corta y de clara influencia impresionista.

Es difícil encontrar un autor que haya dado un lugar tan especial al tema de los  parques urbanos. El matrimonio Natanson encargó al artista una obra que recreara las actividades de la familia, especialmente la vida cotidiana de sus tres hijas. El resultado son nueve paneles – de los cuales cinco están en el museo de Orsay – que muestras distintas escenas de juego, descanso y recreo.

Los nueve paneles se titulan: Jardines públicos y son una oda a la naturaleza en la ciudad, a la maravilla de encontrar un espacio de recreo al aire libre que por sugestivo y vital pasa a ser de crucial importancia para el ciudadano. Mujeres hablando, niños jugando, perros, hermosos jardines, enormes árboles. Ese es el escenario. Es una buena vida que ha sido bien recreada por un gran pintor y que hoy no ha perdido vigencia.