Nunca pensamos que estas dos palabras sintonizaban tanto. El pasado miércoles, Remedios Zafra (Zuheros, Córdoba, 1973) demostró que la ecuación tiene toda la pertinencia. En el escenario del festival HAY de Querétaro, la conocida científica y ensayista, (Premio Anagrama de Ensayo 2017) habló de un tema que interesa a todas las personas que se dedican a la cultura y el arte. Desde especialistas hasta gestores culturales pasando por activistas, académicos y creadores.

“Amar un hacer” esa es la consigna, es el mandamiento que anima a tanta gente a ejecutar tareas colosales. Es la maravilla de dedicarse a una profesión soñada, a una labor plena de significado, pero es también, una posición vulnerable, precaria. La gente que rodea a estos privilegiados suele recordarle “qué privilegio es dedicarte a lo que te gusta”

En nombre de un ideal, de una vocación, numerosos creativos han llevado a cabo trabajos de forma gratuita, han impartido conferencias por una prometida visibilidad, han realizado trabajos en nombre de un currículum, han regalado, por último, su tiempo y esfuerzo. 

El tema tienen múltiples aristas pues el fenómeno antes descrito se recrudece en la era digital. Los proyectos temporales, la informalidad de los convenios, el incumplimiento de los acuerdos, la baja remuneración y la propia competencia en el sector son algunas de las condiciones actuales. Todo ello en el marco del sistema capitalista que busca rentabilizar el trabajo del creativo.

El núcleo de la discusión, según la experta, o mejor dicho, la manera de empezar a mirar este fenómeno es desde un obligado extrañamiento. Lo más peligroso es seguir haciendo de esta práctica algo habitual, una forma de normalización que pasa desapercibida. Generemos nuevas discusiones: ¿hay otras formas de gestionar un ámbito tan necesario como vital para la sociedad?

 * Foto tomada de “El confidencial”.