La Soledad de Maciel y el cuidado del patrimonio cultural
¿Quién conoce La Soledad de Maciel? Se trata de una población en Guerrero cercana a Zihuatanejo. Vale la pena tenerla presente pues en esta localidad vivió la viuda de Leonel Maciel y el pueblo lleva su nombre.
¿Eso es todo? No. La Soledad de Maciel es un antiguo asentamiento cuitlateca y forma parte de las culturas de la Costa Grande.
El arqueólogo Rodolfo Lobato Rodríguez trabaja en la zona desde hace quince años. Él ha llevado a cabo un mapeo de los asentamientos y está a cargo del museo y el sitio arqueológico.
Visitar La Soledad de Maciel, lo que en su día fue conocido como Xihuacán, es un viaje a la vez que un enigma. Al día de hoy solamente ha sido explorado el 5% de la superficie total del sitio. Vasijas, figurillas, vasijas, aros de juego de pelota, collares y otros objetos han sido encontrados en diversos puntos de la región.
Una particularidad del tipo de construcción de esta región es el acabado en barro cocido. Según Lobato, los antiguos pobladores cocían el barro a través de piras exteriores. El resultado es un tipo de pirámide de gran belleza, rojiza, casi como si fuera una enorme vasija geométrica.
Los hallazgos de la zona no sólo emocionan, nos comprometen. La forma cómo se está buscando preservar los vestigios encontrados es a través de museos regionales. El esquema que el INAH propone, según las palabras del especialista, es un modelo colaborativo donde se involucre a la comunidad para que apoye en la preservación del patrimonio. Todo ello como una forma de mantener las piezas y de vincular a la población con aquello que por reciente y desconocido puede parecer ajeno. En el fondo, como lo advierte Lobato, se trata de una apropiación, un cuidado y una gestión ordenada.
Si van a playa, no olviden visitar La Chole. Una maravilla por desentrañar.
– Imágenes tomadas in situ, en el museo y en el sitio respectivamente. Rodolfo Lobato Rodríguez retratado en ambas fotografías.